Los pulidores finos son ideales para refinar y otorgar brillo a una variedad de superficies, como metal, plástico, vidrio, madera o pintura. Eliminan imperfecciones menores y dejan un acabado suave y reluciente. Para obtener resultados óptimos, se aplica el pulidor sobre la superficie y se trabaja con un paño limpio o una almohadilla de pulido, puliendo hasta lograr el brillo deseado.